Tío Coyote y tío conejo |
Sergio Ramirez |
Yo me llamo Aurelio Sierra. Este era una vez un cuento. Le voy a relatar un cuento de tío coyote y tío conejo.
Este era una vez un conejo muy travieso y andaba un coyote por ahí. Pues, una vez se encontraron tío coyote y tío conejo y le dijo tío coyote a tío conejo:
—¡Ah! ¡Ora sí te como!
—¡Mira, no me comas! Estoy invitado a una boda y vamos. Yo también te invito. Y nada más que te vas a poner aquí tocando el violín mientras que yo preparo los cohetes y cuando oigas el primer cohete te sigues tocando fuerte.
Entonces el conejo se fue a preparar los cohetes y el coyote estaba toca y toca, y oyó el primer cohete y el coyote comienza a tocar bastante fuerte. Y de una vez que le prendió bien la mecha, el coyote salió corriendo porque se estaba quemando. Y el conejo se fue.
Al poco tiempo se encontró de nuevo tío coyote a tío conejo y le dijo:
—¡Ahora sí me... ahora sí te como! Es mucho lo que me has hecho.
Entonces estaba tío conejo arriba de un nopal de tunas. Entonces este... y le dijo:
—¡Ya no me comas! ¿Quieres una tuna? Están muy sabrosas.
Y el coyote como iba hambriento le dijo:
—Sí.
Que le echa la primera, pelada sin espinas. Se la comió. Que le echa la segunda. También, se la comió. Toda la tercera, como ya el conejo estaba pensando irse, que le echa la, la tuna con espinas. Entonces el coyote comenzó a renegar, y a quitarse las espinas y azotarse y entonces el conejo salió corriendo.
Entonces se encontró de nuevo. A un tiempo se encontró tío coyote a tío conejo en una laguna de agua y estaba de noche. Entonces la luna reflejaba bastante en el agua y formaba como un queso. Entonces le dice tío conejo a tío coyote:
—¡No me comas! ¡Mira! Aquí hay un queso muy grande. Te lo regalo. Nada más lo que tienes que hacer es sacar el agua de la laguna.
Entós este coyote comienza a tomar bastante agua, a beber y a beber. Por fin hasta que le hizo mal y no lo... no se lo pudo comer. Entós fue el conejo de nuevo. Entós ya se encontró en un frijolar, el conejo. Entós, y estaba un mono de cera allí. Entón le dijo este... el conejo:
—¿Crees que no me vas a dejar comer frijol? ¡Sí, me dejas!
Como el mono no le respondía, no le hablaba, entón que le pega una patada y se quedó atorado, y dice:
—Pos, me quedan las otras tres.
Que le pega otra patada y se queda atorado como antes, que le queda en la mano. Con las manos le comienza a pegar, de las manos se quedó atorado. Pero todavía le falta la boca y la cola y que le pega un colazo y se quedó pegado y le pega una cabezada también.
Entóns en eso llegó de nuevo tío coyote por allí y fue la oportunidad en que lo libró de allí. Entonces de nuevo... entóns se fue, se fue corriendo el conejo espantado y con miedo. Pos, encontró luego tío coyote a tío conejo. Entóns le dijo:
—¡No me comas! ¡Mía! Ora voy a andar en una... me voy a... Ora me dieron pa que yo pasiara en avión. Si quieres yo también t'invito.
Entonces este...:
—¿Agarro de veras?
—Sí.
Entonces estaba un zopilote ahí que se han puesto de acuerdo con el tío conejo. Entós fue cuando el coyote se subió arriba del zopilote. Entós volaron a altura, alta, y luego cuando este... ya estaba en una altura muy alta, entós se pusieron de acuerdo el zopilote con tío conejo que lo tenía que aventar, debía... para abajo.
Entonces agarró el coyote. Iba descuidado y que se hace un... se ladea bastante, que se cae. Entón gritaba el coyote:
—¡Ábrete piedrita, que te desbarato!
Le gritaba a las piedras, y
—¡Ábrete piedrita, que te desbarato!
Y así terminó el cuento.
Este era una vez un conejo muy travieso y andaba un coyote por ahí. Pues, una vez se encontraron tío coyote y tío conejo y le dijo tío coyote a tío conejo:
—¡Ah! ¡Ora sí te como!
—¡Mira, no me comas! Estoy invitado a una boda y vamos. Yo también te invito. Y nada más que te vas a poner aquí tocando el violín mientras que yo preparo los cohetes y cuando oigas el primer cohete te sigues tocando fuerte.
Entonces el conejo se fue a preparar los cohetes y el coyote estaba toca y toca, y oyó el primer cohete y el coyote comienza a tocar bastante fuerte. Y de una vez que le prendió bien la mecha, el coyote salió corriendo porque se estaba quemando. Y el conejo se fue.
Al poco tiempo se encontró de nuevo tío coyote a tío conejo y le dijo:
—¡Ahora sí me... ahora sí te como! Es mucho lo que me has hecho.
Entonces estaba tío conejo arriba de un nopal de tunas. Entonces este... y le dijo:
—¡Ya no me comas! ¿Quieres una tuna? Están muy sabrosas.
Y el coyote como iba hambriento le dijo:
—Sí.
Que le echa la primera, pelada sin espinas. Se la comió. Que le echa la segunda. También, se la comió. Toda la tercera, como ya el conejo estaba pensando irse, que le echa la, la tuna con espinas. Entonces el coyote comenzó a renegar, y a quitarse las espinas y azotarse y entonces el conejo salió corriendo.
Entonces se encontró de nuevo. A un tiempo se encontró tío coyote a tío conejo en una laguna de agua y estaba de noche. Entonces la luna reflejaba bastante en el agua y formaba como un queso. Entonces le dice tío conejo a tío coyote:
—¡No me comas! ¡Mira! Aquí hay un queso muy grande. Te lo regalo. Nada más lo que tienes que hacer es sacar el agua de la laguna.
Entós este coyote comienza a tomar bastante agua, a beber y a beber. Por fin hasta que le hizo mal y no lo... no se lo pudo comer. Entós fue el conejo de nuevo. Entós ya se encontró en un frijolar, el conejo. Entós, y estaba un mono de cera allí. Entón le dijo este... el conejo:
—¿Crees que no me vas a dejar comer frijol? ¡Sí, me dejas!
Como el mono no le respondía, no le hablaba, entón que le pega una patada y se quedó atorado, y dice:
—Pos, me quedan las otras tres.
Que le pega otra patada y se queda atorado como antes, que le queda en la mano. Con las manos le comienza a pegar, de las manos se quedó atorado. Pero todavía le falta la boca y la cola y que le pega un colazo y se quedó pegado y le pega una cabezada también.
Entóns en eso llegó de nuevo tío coyote por allí y fue la oportunidad en que lo libró de allí. Entonces de nuevo... entóns se fue, se fue corriendo el conejo espantado y con miedo. Pos, encontró luego tío coyote a tío conejo. Entóns le dijo:
—¡No me comas! ¡Mía! Ora voy a andar en una... me voy a... Ora me dieron pa que yo pasiara en avión. Si quieres yo también t'invito.
Entonces este...:
—¿Agarro de veras?
—Sí.
Entonces estaba un zopilote ahí que se han puesto de acuerdo con el tío conejo. Entós fue cuando el coyote se subió arriba del zopilote. Entós volaron a altura, alta, y luego cuando este... ya estaba en una altura muy alta, entós se pusieron de acuerdo el zopilote con tío conejo que lo tenía que aventar, debía... para abajo.
Entonces agarró el coyote. Iba descuidado y que se hace un... se ladea bastante, que se cae. Entón gritaba el coyote:
—¡Ábrete piedrita, que te desbarato!
Le gritaba a las piedras, y
—¡Ábrete piedrita, que te desbarato!
Y así terminó el cuento.